sábado, 11 de mayo de 2013

Dos milagros convertirán en santa a la madre Laura este domingo


Viernes 10 de Mayo de 2013 - 07:56 PM


Archivo/VANGUARDIA LIBERAL
Dos milagros convertirán en santa a la madre Laura este domingo
(Foto: Archivo/VANGUARDIA LIBERAL)
El primer prodigio le valió la beatificación (2004). Lo hizo en Herminia González, mamá de una monja de la comunidad de las lauritas.
Desde que la Arquidiócesis de Medellín postuló a la Madre Laura ante el Vaticano para que fuera canonizada (la proclamaran santa), han pasado 50 años.
Cinco décadas parecen muchos años, explica la religiosa laurita Surama Ortiz, pero en realidad no lo son, ya que el proceso de la Madre Laura fue rápido. “En el santoral uno se da cuenta de que hay beatos proclamados desde 1700 y siguen aún ahí, como beatos”.
Dos fueron los milagros que Dios hizo por intercesión de la Madre Laura y permitieron que, en contados días, el mundo católico la tenga como nueva santa (la primera de Colombia).
El primer prodigio le valió la beatificación (2004). Lo hizo en Herminia González, mamá de una monja de la comunidad de las lauritas.
La antioqueña, de 86 años, fue diagnosticada en 1993 con cáncer de cuello uterino. Con hemorragias que no paraban y dolores intensos, en 1994 visita la sede de la comunidad de la Madre Laura, en el barrio Belencito, de Medellín, y entra al cuarto donde murió la religiosa. Allí le pidió que le quitara la hemorragia para aliviarse y sobrellevar la enfermedad.
Esa fue la última vez que la señora Herminia sangró, aseguró su hija. Se mejoró totalmente, tanto que tres años más tarde el ginecólogo tratante, Carlos Enrique Restrepo, se sorprendió al no encontrar ningún signo de tumor activo.
El segundo milagro lo obró hace ocho años en Carlos Eduardo Restrepo Garcés, un joven médico anestesiólogo que estuvo a punto de morir por una enfermedad muy compleja llamada polimiositis.
Tal como contó a El País vía telefónica, “esa enfermedad me llevó ocho meses a estar incapacitado (tuvo una discapacidad física del 90 %). Y en el momento más complicado de la enfermedad tuve una perforación de esófago que me produjo una infección en el mediastino y puso mi vida en crisis”.
El doctor Restrepo, subespecialista en medicina del dolor, cuenta que sus posibilidades de vida eran mínimas: podía ser sometido a una cirugía muy complicada (y con la infección que tenía era muy peligrosa) o no hacerle ninguna intervención, que tampoco era nada bueno.
“En ese instante pensé en la Madre Laura y le pedí que me ayudara a salir de ese tránsito tan complejo. Y mejoré de una manera muy rápida”.
Al mes y medio, el médico salió de la clínica, “afeitándome, poniéndome la camisa, ya podía hacer las cosas solo”.
Fue tanta la alegría por su asombrosa recuperación que fue al Santuario de la Madre Laura a darle gracias y contó su experiencia a dos monjitas de la comunidad “a las que les pareció muy bonito mi testimonio, lo estudiaron y luego lo mandaron a Roma y allá lo aceptan como un milagro después de un estudio profundo”.
En Roma, donde estuvo hace unos años con el fin de que lo revisara un médico italiano cuando se dio inicio al proceso de la certificación del milagro, está desde el pasado 9 de mayo. Por nada del mundo quiere perderse la ceremonia de canonización de la santa que le dio “una segunda oportunidad de vida”.

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